Terapia infantil

La infancia es un período crucial del desarrollo, una etapa única y especial en la que, además de disfrutar y aprender, construimos los cimientos del bienestar físico, psicológico, emocional y social. En la primera infancia son los otros, nuestras figuras de apego, las que nos enseñan desde su presencia y actitud a sentirnos, reconocernos y entendernos, a vincularnos con los demás, a conocer el mundo y adaptarnos a él.

El desarrollo en esta etapa es impresionante. Los padres vivimos con admiración cómo nuestros hijos incorporan nuevas habilidades: en su dominio corporal, su lenguaje, pensamiento, emociones…Todo es nuevo y todo es aprendizaje. Sin embargo, en ocasiones es difícil acompañarlos en su caminar y responder de forma sensible a sus necesidades evolutivas y emocionales. En otras, hay circunstancias personales, familiares o del entorno que impiden que este desarrollo se haga de forma completa, continua y armónica y que generan problemas en su forma de sentirse o relacionarse con los demás.

Los problemas que aparecen en la infancia pueden ser pasajeros, propios de la etapa evolutiva en la que se encuentran o bien resultado de experiencias que no han sido bien integradas. Es importante intervenir de forma precoz, orientando a las familias para que puedan conectar con las necesidades del pequeño, facilitando un acompañamiento terapéutico, si es necesario, para superar las dificultades y coordinarnos con otras realidades que vive el niño, especialmente la escolar.

El primer paso en nuestra intervención es una entrevista con la familia en la que recogemos la historia evolutiva del niño y un proceso de evaluación que nos permita entenderlo, acercarnos al origen de sus dificultades y determinar el mejor modo de superarlas.

Acompañamos al niño en su desarrollo personal y la superación de sus dificultades en un espacio de acogida, contención, respeto y seguridad; confiando en sus propios recursos y habilidades y estableciendo un buen vínculo terapéutico.